
Nuestro fin: La cultura en todas y cada una de sus manifestaciones
TERCER PREMIO: Jorge Eduardo García Forero
RENACER
Y el hielo se resquebrajaba
Al convenio de nuestras miradas.
Y escaparon al aire
Mis labios
Hundidos
En el barro.
CIBELES
Tu piel se roba
La gracia de los duraznos
Si mis dedos amenazan con besarla.
Eres senos y mirada diamantina
Que retan
La furia de las lluvias.
Te circundan calzadas de seda.
Hueles a hembra apacible
Y emanas
Por siempre
Una serenata de mil noches.
LEYENDA
Vendrán los céfiros de plata a bañar tu voluntad
Palmo a palmo, te nacerán senderos en la tez.
Y los unicornios desbocados, con sus cascos
Partirán el agua en chasquidos.
Bañarán las riberas de verde.
Y mojarán las flores
El cerco de tu boca.
SEDA
Cuando mi palabra encierre un lirio en sus manos
Tal vez no valga la textura de las voces como excusa.
Bórrame de tu bitácora, entonces
Y quizá sólo una borrasca
De instantes que puebla nuestro álbum
Sea el aguasanta para hacernos el exorcismo de los malos deseos.
Si después de tu diligencia tengo aun el rostro
Ausente de la cara, déjalo morir
Una nueva vida viene
CIRCE DE BRONCE
Si la busco y se me desnace
El hollín de los recuerdos,
Se turba mi lengua
Como tambor batiente
De los tremebundos océanos.
El habla de mi otro yo
Resulta una carcajada
Que empaña mis espejos.
Soy animal de torpes dedos, al fin
Y mi trato le hace el juego a la estupidez.
Buscándola se me desinfla el progreso
Y la tontería de mis apetitos habla sin tapujos
Se me suelta el grito insonoro
Hacia la boca de lo negro profundo.
Qué puedo hacer...
Si ante su mano soy masa endeble
y brebaje para la garganta bestial de la angustia.
Ella va del nectar a la fruta
Y al bouquet de la fruta, y es canto
De sirena venenosa
Que atenaza a los olfatos, el mío y
El de otros bueyes.
Qué puedo hacer, pregunto...
Diosa de huracanes contra
La estatua de ceniza
Soy humano,
Desolé, madame.
SONATA BREVE
Eros me visitó anoche mientras hurgaba en tus letras ancianas
Prístina voló a la carne la espirituidad de las lunas vividas
En tu honor planté un bosque ausente de senderos y rencores,
Y con mi copa de temores brindé a tu salud.
Duerme serena ya no eres de barro.
Soy jardinero y semidios en tu nombre
Desde hoy te decreto fiesta en mis brazos
Per sécula seculorum, eterna y bárbara.